LA VENTANA DE ENFRENTE

La ventana de enfrente

País: Italia, Turquía, Portugal, Inglaterra
Año: 2003
Título internacional: La finestra di fronti / Facing windows
Guión: Ferzan Ozpetek y Gianni Romoli
Director: Ferzan Ozpetek
Actores: Giovanna Mezzogiorno, Massimo Girotti, Raoul Bova, Filippo Nigro, Serra Yilmaz, Maria Grazia Bon, Massimo Poggio, Ivan Bacchi.
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“Sensibilidad” es la palabra que mejor define a La ventana de enfrente: sensibilidad en el arte de narrar; sensibilidad estética; sensibilidad actoral… Con texturas muy similares a las de su otra película Baño turco, Ferzan Ozpetek conmueve sin recurrir a cursilerías ni a golpes bajos. También como aquella vez, el director ítalo-turco apuesta a la oportunidad de cambio, a la creencia de que siempre hay un espacio para barajar y dar de nuevo.

El punto neurálgico que atraviesa este film es el cruce de dos historias, la del viejo pastelero Davide Veroli y la de la treintañera Giovanna. Mientras la primera llega desde el pasado (más precisamente desde los años mussolinianos), la segunda pertenece exclusivamente a la época actual. Lo interesante es que, más allá de sus enormes diferencias, ambas comparten la vivencia de un amor clandestino, casi imposible.

A partir de esta coincidencia, La ventana de enfrente expone el dilema generado por toda situación que exige optar entre el deber y el querer, entre la responsabilidad y el deseo. De esta manera, Ozpetek describe esa posibilidad de elegir como siempre presente entre nosotros y, en definitiva, como factor determinante de nuestra felicidad.



En este largometraje, las actuaciones son formidables. Massimo Girotti (los amantes del cine italiano lo recordarán como contemporáneo de los grandes Marcelo Mastroianni y Vittorio Gassman) conmueve profundamente en el rol del señor Veroli; Giovanna Mezzogiorno y Filippo Nigro le inyectan toda la intensidad a un matrimonio en crisis, y Serra Yilmaz está genial como la amiga certera e incondicional.

En síntesis, La ventana de enfrente es una propuesta muy recomendable para quienes quieran tomarse un respiro de tantos tiros, golpes, choques y efectos especiales que andan dando vueltas por ahí. Sin dudas, ésta es la ocasión ideal para disfrutar de una hermosa fotografía (los exteriores de Roma se ven muy bellos), de una banda de sonido espléndida, de excelentes actores y, sobre todo, de una historia muy bien contada.